Dolor y malestar

Qué no te debes olvidar en tu botiquín de viaje

¿Preparando una merecida escapada? ¡No te olvides de llevar contigo un pequeño botiquín! Nunca se sabe lo que puede pasar, por eso no está de más tomar precauciones.

A la hora de preparar un botiquín para un viaje, lo primero es pensar en nuestras necesidades habituales de medicamentos y parafarmacia. En este caso, vale la pena llevar con nosotros una cantidad mayor de la que vamos a usar durante el desplazamiento y repartirla entre los diferentes elementos del equipaje.

En segundo lugar, pensaremos en las características del destino: ¿vamos a un país tropical o nos encontraremos con un paisaje nevado? También consideraremos qué vamos a hacer una vez llegados a nuestro destino: ¿practicaremos deportes de aventura o pasaremos la mayor parte del viaje entre taxis y oficinas? Las respuestas que demos a estas cuestiones determinarán qué es aconsejable llevar con nosotros.

En cualquier caso estos son algunos de los productos que no pueden faltar:

  • Un básico del botiquín son los antipiréticos y los analgésicos, como pueden ser el ácido acetilsalicílico, el paracetamol o el ibuprofeno, que siempre nos pueden sacar de un apuro en caso de dolores leves o de unas décimas de fiebre.
  • Si vamos a viajar en coche o en barco, puede sernos útil llevar con nosotros medicamentos contra los mareos y nauseas.
  • Tampoco hay que olvidar el material para hacer unas curas básicas. Incluye aquí algodón, gasas, esparadrapo, apósitos, tijeras de puntas redondeadas, pinzas, así como antisépticos, suero y un producto para limpiar las heridas.

Pero cuidar de nuestra salud cuando salimos de viaje, no acaba con el botiquín. Hay otros productos que te ayudarán también a prevenir diversas molestias según el destino escogido.

Por ejemplo, es fundamental llevar un protector solar adecuado a nuestro tipo de piel, así como una loción para después del sol que nos ayude a prevenir la deshidratación de la piel. La protección solar es fundamental también en invierno, cuando practicamos deportes al aire libre o simplemente en los largos paseos por el monte.

En ciertas zonas del planeta, las picaduras de insectos son más que un tema molesto, así que mantenlas lejos de ti usando un repelente a base de DEET o citronella. Pero si no has podido evitar la picada, las pomadas y lociones a base de amoniaco o corticoides pueden ayudarte.

Otro de los problemas típicos cuando salimos de viaje tiene que ver con el tránsito intestinal. Si sueles padecer irregularidad cuando te alejas de casa, puedes empezar a tomar un complemento a base de fibra prebiótica, probióticos o un simbiótico (prebiótico y probiótico) que ayuden a mantener el equilibrio intestinal. Comienza a tomarlo una semana antes de la partida y deja que te acompañe en el desayuno durante todo el viaje.

Y en el extremo opuesto, si viajas a un destino exótico puede aparecer la diarrea, por lo que es conveniente llevar pastillas potabilizadoras de agua, un desinfectante para las manos, algún antidiarreico y sobres de suero oral para evitar la deshidratación.

También puedes incluir un termómetro, una bolsa de frío y calor y lágrimas artificiales.

Con esta "check list" hemos querido cubrir un amplio abanico de posibilidades, haciendo una lista breve pero completa que tiene en cuenta destinos muy distintos. Ahora te toca a ti adaptar este botiquín a tus necesidades reales. Y, por supuesto, para escoger esos productos te recomendamos que consultes con tu farmacéutico de confianza.

Ya sólo nos queda desearte que disfrutes de tu escapada y que vuelvas a casa sin haber necesitado usar tu botiquín. ¡Buen viaje!