Vitaminas, sueño y alergias - Vitaminas para la energía
El cansancio primaveral y la dieta mediterránea
La primavera es una de las épocas del año en que nuestro organismo debe lidiar con más cambios ambientales. Es una época exigente que nos requiere más energía pero que, por otro lado, provoca estados de cansancio, fatiga, incluso apatía, que hacen que mantener nuestro nivel de rendimiento nos resulte más difícil.
La combinación de alimentación equilibrada y descanso adecuado es el fundamento del bienestar. Tengamos en cuenta que el cansancio prolongado puede derivar en situaciones más graves como la astenia primaveral y, si llegamos a ese punto, se hace necesario tomar medidas concretas que será nuestro médico quiénes nos recomiende.
Pero volvamos a la alimentación equilibrada porque, afortunadamente, vivimos en el territorio de la dieta mediterránea y eso nos permite tener a nuestro alcance una gran variedad de productos, platos y recetas que nos permiten afrontar la primavera con buen sabor gastronómico y en buena forma.
Estos son los alimentos que podríamos denominar como “básicos de la primavera”, recomendados por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA):
- Las verduras de hoja verde como el puerro, la col, el apio, los rábanos o los berros deben tener protagonismo en nuestra dieta primaveral. Son ricas en, ácido fólico, una vitamina hidrosoluble perteneciente a las Vitaminas del grupo B un elemento cuya carencia en nuestro organismo constituye una de las causas del cansancio.
- Los frutos secos como las almendras, las semillas de girasol, las nueces o las avellanas son una fuente de energía muy necesaria para combatir el cansancio, la apatía y el bajo tono muscular que muchas veces sentimos en estos meses de primavera.
- Los alimentos integrales nos aportan fibra, vitaminas, minerales y también antioxidantes.
- Las legumbres son beneficiosas por su aporte en fibra y minerales como el magnesio, el potasio y el zinc, valiosos aliados para reforzar nuestras defensas.
- La fruta es nuestra gran proveedora de Vitamina C. Sus beneficios contribuyen de manera importante a la protección de las células frente al daño oxidativo, a la formación del colágeno y a la absorción del hierro.
La Vitamina C presente en complementos alimenticios nos ayuda a reforzar las defensas naturales de nuestro organismo y a nuestro sistema inmunitario en esta época.
Pero la lista de alimentos de la dieta mediterránea que nos ayudan a recuperar nuestra mejor versión en primavera es mucho más extensa. Pescados de temporada como el Atún, el Bacalao, el Besugo, el Caballo, el Cabracho, el Gallo, el Fletán, el Lenguado, el Mero o la Palometa nos dejan sin ningún tipo de excusa para prepara menús variados, nutritivos, sabrosos y adecuados para cualquier edad y cualquier momento del día.
Y si una pauta alimenticia es esencial, una pauta de descanso lo es en igual medida. Un descanso adecuado requiere disciplina porque no se trata, por ejemplo, de dormir muchas horas el fin de semana para paliar la falta de sueño entre semana. La clave de un buen descanso radica en que descansemos lo necesario cada día.
Sabemos que todas las recomendaciones nos dicen que hay que dormir 8 horas diarias, pero probablemente no siempre cumplimos con las recomendaciones. Y también es recomendable tomarse pequeñas pausas a lo largo del día, pausas cortas de unos pocos minutos que nos ayudan a recuperar el ritmo sin un desgate excesivo de energía, tanto física como mental.
Si nos alimentamos de manera equilibrada y descansamos lo que nuestro organismo necesita, añadamos a nuestra rutina energética primaveral una dosis de ejercicio físico que nos active y nos impulse. Hablamos siempre del ejercicio que a cada persona le sienta bien, no se trata de pasar del sedentarismo a la alta competición como si tuviésemos récords que batir. Cada cuerpo y cada edad tienen sus necesidades y también sus límites.
La combinación de unas correctas pautas de alimentación con unas adecuadas pautas de descanso y ejercicio nos ayudará a combatir el cansancio, a mejorar el ánimo, a estar más optimistas y menos irritables. Cambiemos nuestras rutinas, pero hagámoslo de manera progresiva y programada. Sentirnos bien está en nuestras manos.